Erika Bornay, historiadora, escritora y crítica de arte, miembro de Asociación de Mujeres en Artes Visuales (MAV), y de la Asociación Nacional e Internacional de Críticos de Arte, ha escrito multitud de libros abordando la relación entre arte y mujer, y sobre todo el simbolismo de la representación femenina. Hemos planteado la entrevista a partir de la lectura de su libro “Las hijas de Lilith”, y esperamos que os sirva para animaros a leerlo y para introduciros en su obra.
Pregunta: En su obra Las hijas de Lilith se pone de relieve cómo el icono de “femme fatal” con origen en el relato bíblico, adquiere diferente significado según la época y el contexto, viéndose como figura de perversión o figura de liberación. Es algo similar a lo que ocurre con la figura del demonio, que, visto como ángel rebelde, dejó una impronta de satanismo en algunos artistas y revolucionarios de la época del Romanticismo. ¿Es verdaderamente liberadora esta figura de la femme fatal, o es otro engaño del patriarcado y de la industria cultural a la mujer?
Respuesta: Mi libro trata de una época en la que aparece una iconografía pictórica que condena a la “new woman” que quiere liberarse de la represión e injusticia de una sociedad paternalista. Los artistas masculinos del periodo condenan a través de sus imágenes la lucha de las mujeres por querer ser dueñas de su cuerpo y buscar la igualdad de derechos; acabar con todas las servidumbres tradicionales y conseguir ser individuos de pleno derecho. Y, en efecto, la representan como símbolo del mal. No es un engaño del patriarcado, sencillamente es una represalia, una venganza.
Pregunta: Inevitablemente, la femme fatal nos recuerda la dicotomía persistente entre “mujer honrada” y “mujer perdida, o deshonrada”. ¿Qué necesidades psicológicas llevan a nuestra cultura a perpetuar esta contraposición, y qué mecanismos son puestos en funcionamiento para que las mujeres estemos contribuyendo a perpetuar estos roles?
Respuesta: Más que necesidades psicológicas, hablaría de los poderes económicos cuya cuota de beneficios halla una fuente más en la imagen de una mujer tentadora y bella físicamente y cuyo perfil visual encaja más con lo que podríamos definir como femme fatale, que con una ordenada “mujer de hogar” ¿por qué pues van a querer anular la dualidad que comentan? (Sí es que existe esta dualidad). La representación de una mujer en los medios, su belleza, su atractivo y seducción comporta un lucrativo mercado.
Pregunta: A partir de identificar esos mecanismos antes comentados, ¿qué podemos hacer las mujeres para liberarnos de estos patrones caducos de interpretación de la realidad? ¿Podría ser el paso de la mujer de ser objeto a sujeto de la creación artística, una vía de reformulación de esquemas estéticos y conceptuales bajo el prisma de la justicia, o también las mujeres están presas de los esquemas patriarcales? ¿Se distingue en algo el arte hecho por mujeres, del hecho por los hombres?
Respuesta: Con la incorporación de las mujeres al mundo del trabajo, muy en particular en el publicitario, estos esquemas estéticos podrían reformularse, pero mucho me temo que las exigencias del capital no lo faciliten mucho. También debemos tener en cuenta que en la mayoría de las agencias de publicidad la dirección está ocupada por hombres, por lo que las colaboradoras y trabajadoras, mujeres subordinadas, no están autorizadas a imponer unos conceptos estéticos distintos.
Pregunta: Nosotras mismas en esta publicación nos enfrentamos al reto de representar el cuerpo femenino sin caer en estereotipos machistas. En nuestro miedo de reproducir iconos patriarcales, ¿cómo podemos evitar el riesgo de ser iconoclastas, y llevar esa representación de la mujer a un ente vacío e irreconocible?
Respuesta: Un cuerpo femenino atractivo no tiene por qué ser representado mediante “estereotipos machistas”, como usted indica. Desde hace siglos la búsqueda de la juventud y la belleza ha sido una constante en el individuo, está en nuestro ADN. El estereotipo basado en las venus griegas se ha mantenido a través de los tiempos, pero la influencia del hombre, al servicio de una empresa del capital, lo ha manipulado hasta aproximarlo a la iconografía de lo que entendemos por mujer fatal, la que encuentra sus raíces en la segunda parte del siglo XIX. Manifestaciones de ello las encontramos en los anuncios de televisión (sobre todo de perfumes) en revistas de moda, en los concursos de belleza, en las imágenes de muchas “influencers” etc.
Pregunta: La ola postmoderna en filosofía y ciencias sociales relativiza y pone en cuestionamiento las categorías clásicas de la crítica al patriarcado. Parece que no haya nada estable porque todo cierre categorial es juzgado opresivo. Los conceptos de género, mujer, igualdad, feminismo, se problematizan y se intentan vaciar de contenido. Al mismo tiempo que se intenta reducir el feminismo a dos tendencias, radfem o queer. ¿Está afectando esto también a la historia del arte feminista?, ¿existe ahí también ese maniqueísmo, lo más seguro, prolongación en el tiempo de la guerra fría cultural entre representantes de dos bloques igualmente autoritarios?
Respuesta: La crítica al patriarcado no es cuestionable. Mientras exista, debe continuar, así de simple.
Sobre la respuesta a su segunda pregunta de este apartado, considero que reducir el feminismo a las dos tendencias radfem o queer, es un error. La teoría feminista y la queer no son lo mismo, sino que colisionan en muchos aspectos y opino que, en efecto, consta de elementos perjudiciales para el feminismo de igualdad y justicia. La teoría queer afirma que el sexo no existe -¿…?-. El sexo se adquiere desde el instante del nacimiento y no tiene que ser determinante para disfrutar de los derechos legítimos en cualquier área de la sociedad. Es en el plano cultural de género donde se debe luchar para la consecución de nuestros derechos inaplazables.
Pregunta: Usted es miembro de la Asociación Nacional e Internacional de Críticos de Arte. Para concluir esta entrevista, ¿qué nos puede decir en cuanto al panorama actual de las artes?, ¿están las mujeres en el buen camino de conseguir justicia, y más allá de eso, la libertad creadora, sobre todo en lo que tiene que ver con la ruptura de los esquemas estéticos patriarcales?
Respuesta: En cuanto al ámbito del arte hay todavía un largo camino a seguir por las mujeres artistas para ser aceptadas completamente y hacerse un nombre de relieve, pero en cuanto a los esquemas estéticos patriarcales, creo que se ha eliminado de su aproximación al arte.
Entrevista por : Cloto